24 junio 2006

Lo nuevo y lo viejo

Poco de nuevo hay en todo esto que ahora inicio. Lo principal, que es público. Sin embargo, se encontrarán con más de lo mismo aquéllos que ya me conocen, así que ya saben a qué atenerse.

Para el resto, decir que ante todo y sobre todo está la autocomplacencia y esa cierta forma de exhibicionismo común a cualquier blog, por lo que tampoco apunto con esto hacia algo novedoso.

¿Y qué se puede uno encontrar entonces? Nada.

Por encima de todo, una enorme nada.


Sebastopol
A causa de mi trabajo y de las horas tediosas en que no había mucho que hacer, se me ocurrió buscar un pasaje hacia un destino original, y fue cuando -no sin cierta dificultad- encontré en el sistema una estupenda tarifa para volar a finales del pasado mes de mayo. Eso sí, el billete que podía permitirse mi bolsillo era de sólo ida, de manera que me he convertido de la noche a la mañana en un habitante más de Sebastopol, hermoso lugar desde donde escribo, por cierto.

Agonía
(que es lo que corresponde)

Andaré por las calles hasta caer exhausta;
sabré vivir sola y retener en mis ojos
cualquier rostro que pase y seguir siendo la misma.
Este frescor que asciende a buscarme las venas
en un despertar que jamás había sentido tan verdadero
por la mañana: sólo que hoy me noto más fuerte
que mi cuerpo y que un temblor más frío acompaña la mañana
[…]


Cesare Pavese