Siempre que quiera (II)
He pasado esta tarde por allí.
A pesar de todo aún conservo un trozo de espacio para el recuerdo.
La calle fue un rumor de olas amplificado, detrás de cada esquina se esbozaban ciertos trazos de distancia: aquellas sombras que tan bien proyectamos, los fragmentos que suscriben las agujas de cualquier reloj. La sombra que pesa, que asfixia.
Ha sonado otra vez por mi cabeza el mismo tema, una especie de desfile sanguinario, neutro de vez en cuando, siempre devastador.
He visto cómo ardían las paredes. No he visto cómo ardía la nieve, Ángel, aunque casi.
A fin de cuentas no es tan fácil tomar una ciudad.
No es tan sencillo dejar pasar sin más el tiempo.
Siempre se dice que uno debe buscar su camino.
Después de todo, ni la sombra de la sombra de esa huella que con hierro imprimiste me servirá como epitafio.
3 Comments:
Gran hit...
Si no fuera por las canciones esto sería como Los Monegros :o)
Castellonón horrible...
;-)
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