Siempre que quiera (III)
Ahora deberías de explicarme por qué reapareciste cuando lo más sensato sería el exilio, el ostracismo, los muebles que se tiran a la basura.
Sé muy bien que nada sirve de nada, que tu simbolismo es espuma.
Sin embargo yo desando la carretera aunque te importe un carajo si sigo vivo o por fin ya estoy muerto.
A veces,
mi egoísmo me llena
de maldad,
y te odio casi
hasta hacerme daño
a mí mismo:
son los celos, la envidia,
el asco
al hombre, mi semejante
aborrecible, como yo
corrompido y sin remedio,
mi querido
hermano y parigual en la desgracia.
A veces -o mejor dicho:
casi nunca-,
te odio tanto que te veo distinta.
Ni en corazón ni en alma te pareces
a la que amaba sólo hace un instante,
y hasta tu cuerpo cambia
y es más bello
-quizá por imposible y por lejano-.
Pero el odio también me modifica
a mí mismo,
y cuando quiero darme cuenta
soy otro
que no odia,
que ama
a esa desconocida cuyo nombre es el tuyo,
que lleva tu apellido,
y tiene,
igual que tú,
largo el cabello.
Cuando sonríes, yo te reconozco,
identifico tu perfil primero,
y vuelvo a verte,
al fin,
tal como eras, como sigues
siendo,
como serás ya siempre, mientras te ame.
"Carta sin despedida", Ángel González
5 Comments:
No puedo decir lo mismo que del hit anterior...
¿Qué mejor hit que un poema de Ángel González?
Eso es verdad, aunque no le hace honor el acompañamiento musical...
;-)
Todo. A mí me gusta todo el post. Es post redondo que rueda películas de verdad.
Abrazos,
eva
Brujo: No iba a poner a los Maiden, no creo que pegasen, jejeje, como mucho Extremo ;o)
eva: gracias
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