Trivialidades dirán, pero en este punto se atascaron las ruedas del carro
Con mi firme propósito de no hacer movimientos por mi parte se acabó la mañana, un pequeño suplicio como otro cualquiera, ya que se sucedieron jornadas peores, bien lo sé.
Me sorprende, ¡qué coño!, no me sorprende nada encontrar estas palabras escritas en febrero de 2006, así como que no me sorprendería nada de nada encontrarlas en cualquier escrito de fecha pretérita.
Y después qué.
¿Jornadas peores todavía?
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