Siempre que quiera (VII)

Desde el aeropuerto de Barcelona a Parets del Vallès y, apenas sin bajar del autobús, rodalies RENFE a Barcelona Sants, a continuación línea 5 de metro, de Sants a Collblanc y así eres feliz en mi contrariedad de falta de sueño y horas de carretera nocturnas, uno al lado del otro, sin oportunidad para la protesta, sin los recuerdos de un primer año admirable -porque no eran permitidos-, la admonición ante cualquier atisbo insignificante de nostalgia.
Chispazos de aquella mezcla de decadencia e imperialismo, desde el día 18 y sin saber ya a qué, cuál es el trazado, y caminamos y subimos por la escalera y la gloria que tú llevas dentro, y a la vez la malaventura, ese tesoro, ese pozo que personifico, la ciénaga que se interroga acerca de proximidades y empatías, artificios más que posibles, recuento de la esencia que en minutos te será dada a probar.