06 mayo 2008

Con Marcia

Con Marcia saliste de la cafetería la última vez y te desviaste un buen trecho para caminar juntos. Con Marcia y el enjambre y la pulsión y la esquizofrenia.
Te pusiste a divagar con Marcia, nada común en ti, no veías ni esquinas ni farolas, ni columnas ni gente. Con Marcia al lado, muchas veces en silencio, y no te incomodaba nada.

(Pues qué es soñar, Marcia.)
Con Marcia cruzabas avenidas diminutas, cualquier kilómetro más era insuficiente, un latir inofensivo.
Con Marcia la lucha, el estremecimiento, el tintineo de las cucharillas. Con Marcia.
Trazaste la estrategia en un ticket, allí mismo, con un lápiz desgastado. Y Marcia. Que parecía no contar.
Los pitidos del tráfico eran insoportables, sólo levantar un poco la voz y problema resuelto. Porque Marcia.
El ticket fue el pergamino, el mapa del tesoro, los Mares del Sur. Marcia.
El zumbido y Marcia, el calor y Marcia. Y caminar.
Dónde estabas ni te lo supones, la red se ceñía correctamente apretada, astuta.
Con Marcia al sol y a la sombra, unos pasos de más y llegaste, llegaste a la calzada infestada de coches, de autobuses, de motocicletas. Sin embargo Marcia. Sin embargo Marcia bajó a la calzada. Sin embargo Marcia, y dar tres pasos de más delante suyo, y poner un brazo en su vientre, detener a Marcia.
No detener a los coches, a los autobuses a las motocicletas, la verdad Marcia. No detener al camión. No detener el golpe que te puso boca arriba, viendo el cielo por última vez, acaso por primera.

2 Comments:

At 08:15, Blogger evamaring said...

Hasta Marcia.
oh.
Me gusta mucho.
Sigue.
Escribe.
Pese a Marcia.
Besos
e.

 
At 15:13, Blogger Guaje Merucu said...

Ramalazo Cortázar, salvando millones y millones de distancias, e.

Besos

 

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