Nunca estuve aquí
Cuando era un niño, ya no estaba aquí.
La oscuridad del cuarto era el abismo.
Noche tras noche el terror. Y gritaba.
Y mi padre acudía, fatigado.
Me abocaba al lavabo:
con una mano me mojaba el rostro,
y con violencia la otra me apretaba
contra la dura y fría porcelana.
Un día no seguí gritando en la tiniebla.
Hubo otras pesadillas, pero yo ya no estaba.
Las cosas sucedían alejadas,
a otra persona que hoy
piensa en todo esto viendo que las hojas
-pero las hojas de otro otoño- caen
en la ciudad que cruzo, solitario
y sin fijarme en nada, sin comercios,
sin nadie por las calles, lo mismo que si a todos
les sucediera lo que a mí,
que el odio me hizo desaparecer.
La oscuridad del cuarto era el abismo.
Noche tras noche el terror. Y gritaba.
Y mi padre acudía, fatigado.
Me abocaba al lavabo:
con una mano me mojaba el rostro,
y con violencia la otra me apretaba
contra la dura y fría porcelana.
Un día no seguí gritando en la tiniebla.
Hubo otras pesadillas, pero yo ya no estaba.
Las cosas sucedían alejadas,
a otra persona que hoy
piensa en todo esto viendo que las hojas
-pero las hojas de otro otoño- caen
en la ciudad que cruzo, solitario
y sin fijarme en nada, sin comercios,
sin nadie por las calles, lo mismo que si a todos
les sucediera lo que a mí,
que el odio me hizo desaparecer.
Joan Margarit, Estació de França
2 Comments:
Interesante autor. Acabo de subir otro de él a mi blog jejej
Acabo de ver lo de "La Leyenda", jaja
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