Correveidiles
Ruido de sables en los palacios, color rojizo en las paredes, hasta nuestras camisas blancas se sorprenden -de pronto- del mismo modo salpicadas, con idéntico tono. El universal peso de los siglos, el eterno caos de nuestra actitud que creemos correcta y es del todo errónea. Pasos descaminados sin sospecharlo, huellas que nunca debieron grabarse, surcos inútiles, tatuajes o cicatrices, explosión de corazones: calor y llamaradas. Fuego y artificio de herida de muerte. Conciencias tranquilas ante el señor de los pecados.
Cuando matar sale gratis y va con mayúsculas.
(Corre, ve y diles)
2 Comments:
y hay sangre en mis manos
Lo sé, y en que algún otro sitio más
:-)
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