25 julio 2006

Pink elephant

Puedo decir que, en el fondo, el verano, con mucha rapidez, reemplazó al verano
Albert Camus, El extranjero


Puedo decir con preocupación que no sé dónde me encuentro, que tengo que mirar el calendario para averiguar también en qué día estoy y que qué bien me vino el vino con que vino a verme el vecino. Pero ahora no, ahora rotunda, totalmente, no.

Clase obrera
Las cosas suelen tener un principio, así es el proceder lógico de cualquier acontecimiento. En ese sentido creo hallar el principio en una brevísima charla que mantuve en la oficina a última hora del viernes. Un cliente me dijo: "Oye, a ver lo que me buscas, que vaya cosas me ofrecían en El Corte Inglés, y yo soy clase obrera". Sosteniendo para mis adentros las palabras durante unos segundos vacilantes, mi hilillo firme y defensivo de voz apostilló: "Sé muy bien de qué hablas, muchacho, aquí también somos clase obrera, no te vayas a pensar…"

Yo no vine a comprar pan 2
El calor es insoportable. No merece la pena el esfuerzo de buscar otro adjetivo, otra definición que nos aproxime a lo que sufre el cuerpo y la mente después de una corta exposición a los rayos solares; incluso ni ocultándonos en las sombras tenemos salvación posible. Callejeé como un animal enfurecido, sin rumbo, hundiéndome en el asfalto con pasos pegajosos e inservibles. Hasta que la excitación de Mrs. Fly ante un escaparate me conminó a detener mi vagabundeo y leer, en letras muy grandes, TENEMOS PAN, a la par que mi figura se reflejaba en los cristales. Miré hacia el interior y allí, inconfundible, fumaba el hombre que me había arrojado contra las cuerdas del pánico días atrás. Mrs. Fly, en cualquier caso, sonrió intuyendo lo que podría ocurrir, y me dijo con un susurro: "Detente". A Mrs. Fly le encanta sonreír, considera que yo debería aprender de ella, que me sentaría estupendamente bien.

No future
La decisión posterior fue compartir unas cuantas horas con los parroquianos en una de las más selectas tabernas de la ciudad. Me pertreché en la barra y me consagré a la dura tarea de consumir gin-tonics de MG (uno tras otro) con la osadía simultánea de leer la prensa: El Mundo, La Razón, ABC, porque ciertas palabras son importantes. Pasaba las páginas de los diarios humedeciendo un dedo, aventurándome a contraer un sinfín de pequeñas dolencias. Entró en el bar un tullido, cuya condición no le imposibilitaba moverse con prístina agilidad. Era un hombre de poblada barba negra, cabello abundante y espeso y ensortijado. Hablaba mucho, siempre habla demasiado. Pese a que se niega a definirse como vidente, alardea de sus cualidades en el arte de la adivinación. Aprecié que crecía el malestar en la atmósfera de la cantina, que se equiparaba al que había hervido rabioso en el momento de mi llegada. El hombre deambuló con su silla de ruedas entre la gente preguntando si alguien quería conocer su futuro. Cuando se plantó ante un tipo rudo y malencarado, padre de familia numerosa, recibió una evidente advertencia: "A mí ni te me acerques, cacho cabrón, que te meto una patada en los cojones que te pongo a andar."

No future 2
Una vez en casa bebí tres, cuatro, cinco, seis, siete botellas de vino. Hasta perder la cuenta.

Ahora sé que es martes
Malas noticias, me temo, para mi carrera profesional.

2 Comments:

At 17:25, Anonymous Anónimo said...

Este blog es buenísimo, pura prosa cotidiana y existencial. Voy a ver si me paso todos los artículos a formato güor y los imprimo pa leelos con calma. esto ye casi un llibru. ¿Cómo no te unes al club y edities unu? Estos formatos modernos nun hay quien los lea. Yes el nuevu Juan Bello de la literatura asturiana...
Fdo. Suarón el lector

 
At 20:16, Blogger Guaje Merucu said...

Eres un grande, tú sí...

 

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