23 mayo 2008

Batir de alas

Fregaba cacharros y sentí el aleteo. Toda la noche había sido igual, no hay por qué alarmarse, claro está. Me puse a escuchar ese aleteo, antes los ruidos de la obra varios pisos más abajo, que son sonidos familiares. Miré hacia la terraza semi-soleada, atisbando las botas que calzaban los pies de un obrero posado sobre la barandilla. No volví a mirar. Las ilusiones pueden desvanecerse igual que unas botas al acabar la jornada.
La esperanza es agua del que nunca beberé, me dije, pues siempre me vuelve la espalda. El creer en lo irrealizable, la yuxtaposición de secuencias es la que a menudo me vence y decide. Determinismo, lo llaman otros. Bonitas palabras que no me conmueven. Todas esas reflexiones me asaltaban al fregar mecánicamente.
Romperé todas las fotos, quemaré todos los trajes de color, vomitaré en la puerta de un hotel, besaré todas las bocas, I don't mind the price, saltaré del tren… Canciones que no sirven de nada. En el mundo de las canciones.
Las alas rugen impacientes a la espera de algo que no van a obtener, me apuesto lo que quieras, lo que me importa y sobre todo lo que no me importa, tampoco soy tonto.
El arte no es mi amigo, no quiero amigos así, que no valen, que no viven -me repetí.
Probablemente esté ante el final de un mundo de ficción, de que se descubra todo el pastel -pensé mientras fregaba. Y escurrí el último plato contra el suelo.

2 Comments:

At 02:29, Blogger evamaring said...

Está en la espuma, mientras friegas ese plato, no te confundas guaje, está ahí:abres el grifo, entra la luz por la ventana y el rayo de la ficción te confunde.Aunque solo sea con un batir de alas.
Besos

 
At 10:08, Blogger Guaje Merucu said...

Detrás de las cortinas se quedaron las alas colgadas de la repisa, más al final del cuento, mientras la luz se colaba de gris

 

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