Game over
Se me ponía esa cara de tonto con sonrisa sólo con mencionarlo. El relampagueo era simultáneo y la caja de los truenos ya estaba abierta. Allí permanecía unos segundos y después volvía a lo mío. Día tras día transcurría la lenta agonía tejiendo y excavando profundamente. El arco tenso y las flechas emponzoñadas. Entonces arrancaba a bromear con cualquier cosa, tapando el arrebato de locura. De nada iba a servir, señor mío, ya que el último tren se había marchado dejándome con un palmo de narices. Ya no quedan piedras lo suficientemente importantes como para detenerlo.
2 Comments:
llegará a estallar?????
reventó
Publicar un comentario
<< Home