El resultado nos da igual
Ha empezado a llover aquí en Vienna de una forma bastante tonta. Se ha corrido el rumor, la ola de los pronósticos se ha desatado. Anuncia el tsunami, aún con minúsculas, porque nadie ha tenido el arrojo de ponerle un nombre. (Catarsis me parece que se descartó hace ya algún tiempo). Espejos que son espadas, mensajes que son machetes, todo aturde por volverse de repente tan en contra.
Si bien algunos dormirán sobre el prado, otros lo harán bajo el mismo.
Por evitar causar daños eludibles se han visto involucrados en la página de Sucesos de La Nueva España.
Esos que jugaron con la posibilidad de ser héroes, borronean en el diccionario una nueva acepción de villano.
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