22 julio 2008

La tribu

Están condenados. Ellos están condenados y no lo saben. Si ciertas son sus necesidades de manutención, fundamentales son las de reconocimiento. Enaltecerse es la preferencia en su escala de cuerdas y tronquitos de madera. También los pequeños lujos como adornarse el cuello con objetos llamativos. La falta de ganas de subirse a un árbol. Coger algo al alcance de la mano sin exponerse en demasía cuadra en sus estamentos. Aburrirse y aburrir al prójimo, la deriva inherente. Correr detrás de una pieza es declarado nulo en la tabla de mandamientos. Imposible el correr delante, escapando. Días grises que ellos ven azules. Gabriel los percibe negros. Sin matices. Y eso es una condena. Están condenados. Ellos aún no lo saben.

Gabriel se introduce en su choza exquisita y saca material que prácticamente había enterrado. Piezas de museo arqueológico. Pero con vida, con utilidad. Gabriel no tiene que devanarse demasiado. Revisar el filo, ligeramente oxidado. Afinar un poco la punta, convertir en extrema laceración el óxido y el filo. Instrumentos heredados de su abuelo. Cuando parecían señalados para convertirse en la estirpe vencedora. Los dominantes del territorio. Por desgracia lo habían conseguido. Pero a Gabriel poco le falta para echar espumarajos por la boca. Los dientes rechinan también fuera de las pesadillas. Las pesadillas pueden convertirse en realidad. Aunque sea en contadas ocasiones.

Las mujeres quedarán indemnes. Gabriel se afana en la labor de trabajar la hoja del machete. Abuelo, dónde estarás, espero que esto no sea por lo que tú te embarcaste en la batalla. Aguarda, ahora viene la última. Gabriel dejará en paz a las mujeres, a los niños. Quizás se merezcan la oportunidad de hacer las cosas bien. Gabriel piensa que el mundo es más grande que el cercado en que han convertido su mundo. Le da asco pertenecer a la tribu. Gabriel prueba el rigor del filo con un pelo. Entonces, tópicos aparte, Gabriel cierra la mano en torno a la empuñadura del machete con una convicción insólita.

2 Comments:

At 13:11, Blogger David Suárez Suarón said...

Buen texto. Surrealista??
En occidente matan por alcanzar el último peldaño de la pirámide de Maslow. Esa es la cuestión. Lloran lágrimas de azúcar si no lo consiguen. Son capaces de todo por ello...

 
At 14:13, Blogger Guaje Merucu said...

Hay referencia a Maslow, claro, en cuanto al surrealismo...

 

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