Extintor de infiernos
¿Cuánto tiempo llevamos aquí?
No sé, he perdido la cuenta.
No sé, he perdido la cuenta.
Al despertar
en este coche negro
que se parece sospechosamente a un
féretro, y al recordar mi vida en un
momento, todo me hace sospechar
que esto no va al aeropuerto.
Y al recordar cómo mi oscuro amor ciego
fue a invitar a casa a Pedro Sufrimiento,
cómo explicar que con lo que te quiero,
cómo pude no echar a patadas al tal Pedro.
Antes tu piel era de ángel del cielo
y te dije ayer que es suave como la de un
huevo... No tiene que ver con lo que te
quiero: donde ponía "ángel"
ahora lo llamo "huevo",
la capital de California ahora se llama
"Los Huevos" y "el Huevo Exterminador"
también es parte del juego.
Tenías razón: cómo se pasa el tiempo,
que no volverá todo lo que no hemos hecho.
Y es la verdad, cómo se escapa el tiempo,
que anteayer era un niño y hoy ya casi un viejo.
Pero ¡mirad como me agarro a mi cuerpo!
Nunca sentí la vida como ahora que la pierdo.
Y este ataúd no tiene maletero,
no es muy normal para viajar tan lejos...
No me traigáis ni flores ni recuerdos,
ni me pongais monedas, no, sobre mis
ojos muertos, que si he de pagar por todo
lo que he hecho, traedme por favor un
extintor de infiernos. Que si he de pagar
por todo lo que te quiero, traedme sin
tardar un extintor de infiernos.
Pero ¡esperad! Que ahora que me acuerdo,
me quedan unas cosas que hacer
y aún partir no puedo.
Pero ¡esperad! Que ahora que lo pienso,
me quedan tantas cosas que hacer,
cómo se escapa el tiempo.
Fernando Alfaro, La vida es extraña y rara