31 mayo 2010

Was going nowhere

29 mayo 2010

La destruction fut ma Béatrice (5)

Pasaron los días y me limité a seguir la conversación del agregado apoyado al otro lado del mostrador.
Primero había bifurcado las pisadas encima del barro, hecho trompos antes de recoger el camión frigorífico, me hube convincentemente acordado de que no había dormido apenas ni veinte minutos.
Entre medias se lubricaron los minutos del café de madrugada, Área de Servicio, siniestros crucigramas y la traza de los pies saliendo del tiesto.
Sobrevinieron anfibios espantados en su primer año de agua, cajas verdes reemplazaron el carril de sus emociones.
Es probable que haya sido eso lo que te deslió con la suma de la actitud limítrofe y el resultado.
Abrir, cerrar, giro a izquierda a derecha, ¿en qué sentido?
Qué ocurre, estoy jodido, yo me lo estoy pasando genial, no querría haber venido aquí. Te marchaste.

Una noche aletargadísima, confinada a unas horas tan cortas que en la vida me habrían hecho temer que todo en el mundo era tan corto.
En centésimas me hallaba luego sobre el barro, en este intervalo seco, y rogaba por que no se subiera ya la gente, que se quedara alguien para sostenerme.
Chasqueó la lengua, nos fuimos al colmado, lo más parecido a un colmado, para que nos hicieran unos bocadillos.
Boroña, relámpagos de pipa de sidra, aviones en forma de flecha. Me abracé con el aparejo transitorio, siempre hay navajas y hacían falta allí, pues sí.
Gafas oscuras y dormir en la grada, enredos y gruñidos y al final no te apoyabas encima mío, a qué coño esperas, no tenemos toda la vida.
Entonces duerme.
Fronteras despiezadas, puertos inoperantes, retos y primaveras que prosperan con su lluvia, con su sol, desunión y pena, sobre todo con pena.
Pasé de la caja de los ratones, qué hay de divertido en esta mierda, a no ser que alguien meta un palo, y el palo se metió.
Y entonces.
Aparecí sin el colaborador freelance, a treinta kilómetros de casa, a horas lamentablemente intempestivas. Me puse con la contribución de sacar el equipaje, con el reciclar de basura que después no sabría que sería simple anécdota.
A tiro de piedra del barrio el coche se paró, con pistolas de carburante, joder, qué hay que buscar, vete recogiendo la mierda, si total.
Si total no me estorbaba acopiar el residuo que la naturaleza enfocaría a la vez que un soplo lejano del silencio; que si total piensas que con la declaración in extremis puedes eximirte de tu comportamiento cerril. Si no tienes la más puta idea de que rebasamos el Monte Naranco y de que alcanzamos el otro lado, bastante más heridos que al principio pero sin restañar volcanes ni sabernos mejores ni peores, toma nota, que antes de inyectarle adrenalina al motor, estábamos.


Creí morirme de pena
cuando no querías verme;
creí morirme de pena
y ahora bendigo mi suerte
de no tenerte a mi vera,
de no tenerte a mi vera.

Y atravesando los montes
salí de Málaga un día,
y atravesando los montes
oí una voz que decía:
"chiquillo no me conoces
tanto como me querías".

Tendrás que llorar por mí,
tiene que llegar el día
en el que llores por mí
lo mismo que yo estuve llorando
cuando te fuiste de aquí.

26 mayo 2010

Every time


Change your mind
We'll drink some other time
One night out
You won't miss out on much

I won't be heald responsible this time
It's not my fault if you don't change your mind

Change your mind
This problem's yours not mine
You always find
Someone to pin things on

Just don't make me responsible this time
It's not my fault if you don't change your mind

Martes de campo

24 mayo 2010

Intentando olvidarme cada día

21 mayo 2010

A design for life



En Plaza Castilla me aguardaba la rutina ordinaria: línea 722 de autobús y vuelta a Sebastopol. Con ese trayecto carente de sentido en cualquiera de los días, arrancaba de forma simbólica mi viaje a Normandía.
Hice las últimas e imprescindibles compras para el día siguiente, que consistían en chanclas y frascos para el champú y el gel. En casa me preparé y preparé el equipaje con los Ramones sonando y tú siempre presente.
De noche en la cama traté de conciliar el sueño sin lograrlo tan intachablemente como hubiera deseado. Podía más la mente, ciertos pensamientos, una mirada grabada con fuerza, un deseo irreprimible que tendría que reprimir; también que madrugaría mucho para que el viaje comenzara sin contratiempos.

Escapé de lo irremediable. Busqué puntos referenciales en lo hondo y extraño. Alguna calle o avenida bien remarcada en las guías. Esto es, me volqué en la decepción. Sí, os engañé cuando dije que te piraras, que valías demasiado, y tú contestaste con reciprocidad y no negué, no reconocí que imitaba a mis favoritos. No te mentí sin embargo al pronunciar mi consejo, sino en la callada, ahí sí que mentía, escondía la verdad como un tahúr con su réplica en la manga, creyendo ingenuamente que el asunto de lo que se me supone colaría.
A continuación se plantó el litoral merecido. Sabes que relevaría a quien fuera si esto deviniera en precisión. Pero lo sepas o no, cargué con el préstamo bibliotecario del actualizado libro irlandés y tiré piedras sobre mi propio tejado. Hubiera sido más honesto el subirme al autobús que se aproximaba hacia Alicante. El cambio desertó como la tercera copa. Se terminaron las fiestas latin, la luz que dirime razones a través de los óculos de la persiana. Lo mismo que en la “Canción del científico triste”, es que algunos datos no coincidían.
Bandadas de pájaros que no comprendo cortan el vuelo frente al horizonte. Este autobús literalmente ni siquiera se parece al que tendría que ser. En un santiamén tiemblas pese a los pesares, al dictamen de la obligación, aquel acabar juntos, aunque el tipo distinguido sea el hijoputa. Prosigo con la brújula entusiasmada y el viento que la rosa separa del faro, en el recorte que el mar de Irlanda prueba en desarmarse como algodón. Sigo prometiéndome que quién sabe de qué obscena manera aprenderé a que el sabor del plato combinado se quede en mero arte, en borrascoso espectro del día que tendremos que hacer las maletas y no saber adónde ir.

20 mayo 2010

No funciona nada

19 mayo 2010

Lo siento, no puedo evitarlo

18 mayo 2010

La destruction fut ma Béatrice (4)

Después de lo cual caí en desgracia. No se me pasó por la cabeza que esto iba a llegar así. Superficies combadas, cielos de desierto, colinas remotas, atigrados ríos. Malestar. Clarividencia miserable pues no estaba muy desencaminado, no era obcecación o simple paranoia. Todo se ponía del revés, giraba y se deformaba increíblemente. Será que tú eres muy joven, tal vez que yo soy muy viejo. Nunca lo entenderás. Me lo había jugado todo a una carta. Yo, que no podía permitirme el lujo de ser falso. Volví a tomar la línea circular camino del aeropuerto. Me acosté de día, me desperté de día. How I wish you. Y estás, ahí estás. Qué es lo que haces aquí.

12 mayo 2010

Qué flores tan raras


Te reconocí
en el club de golf.
Veo madurar manzanas
y a ti.
Sonríes... burbujas,
yo llevo burbujas
pero en la vena.

Se arruinó mi familia,
nos echaron del club.
No pagaba las cuotas,
y me dejaste tú.

He saltado la verja,
me gustan tus quejas.
Sube la marea.

Aquí está la tumba de nuestro amor,
los vestuarios en el club de golf.

Aquí están los restos de nuestro amor,
una toalla mojada y una botella de ron.

Aquí está la tumba de nuestro amor,
los vestuarios en el club de golf.

Aquí están los restos de nuestro amor,
una toalla mojada y una botella de ron.

Estuviste en Italia.
me escribiste una vez.

Intenté contestarte,
y nunca contesté.

Sonríes... burbujas,
yo llevo burbujas
pero en la vena.

Es tu cumpleaños,
me consuela saber
que habrán llegado marchitas
las flores que envié.

No ríes... no lloras,
sólo hablas... a solas.
¡Qué flores tan raras!

10 mayo 2010

pongo un circo

06 mayo 2010

Arrepentido de

04 mayo 2010

La destruction fut ma Béatrice (3)

Esta vez viajé con La Defensa de Nabokov, otra vez por acojonar.
Tumbado por haber sido mi elemento sustentante el alcohol, trunqué sueños y descubrí un cielo con todo el lujo de colores que sólo el fracaso, en estos meses, podía desparramar en alegoría.
Perturbación cuando el coche frena en Parets del Vallès: eras tú, fuiste tú la que firmó la intrepidez de un muerto en vida que por fin hace en este momento una obra maestra del levitar contiguo.
Ahora somos porque sí la misma cosa.
Y ya entonces, en igualdad de condiciones, escuchas sumergida los últimos acordes de mi orquesta tocando hasta el final, mientras coloca el empeño la popa por no consumirse ni rendirse en el gélido aliento del mar que subyuga, mientras te sujeto la cara y te juro que puedes creer en mí, de un modo tétrico, hasta el término más íntimo de la mentira en la cual seguimos resultando ser partícipes.


02 mayo 2010

Errores x 3

Sintió que después del abismo había llegado la hora de registrarlo todo con pelos y señales. Una rara claridad le impelía a sentarse y darle al teclado como si algo, como si alguien, le fueran dictando el texto. Las frases se estiraban dócilmente, cambiando de la tercera a la segunda persona, inmiscuyéndose la primera a menudo. Exorbitantes adjetivos, recuerda siempre que menos es más.
Poco a poco, con una pizca de intuición, con una especie de fuerza inspiradora, se encontró con esa voz que le singularizara y le apartara de tics implementados. Aunque sea ya demasiado tarde, el sarcasmo que no se figuraba tropezar a estas alturas del partido, ha logrado lo que con cierto desdén había trabajado durante tanto tiempo.

Ahora ya es demasiado tarde.

Un tiovivo imparable corromperá los días que resten, el guión del desgarro y los errores antes de licuarse del mismo modo que hoy, domingo, regresa junto a mí la lluvia.

01 mayo 2010

En mi lista de promesas a olvidar